El puerto de Palma está situado en el medio de la ciudad, justo delante del casco antiguo. Unido de una punta a otra por el paseo Marítimo, que fue literalmente robado al mar en los años sesenta, se divide en cuatro zonas bien diferenciadas: los muelles comerciales, muelles de Poniente, las dársenas deportivas y el dique del Oeste. Este puerto es la demostración física de que el Mediterráneo tiene una filosofía propia, pausada y tranquila; pero, que tiene un carácter que no olvida la modernidad y que lo convierte en un lugar apreciado por visitantes y habitantes.